7.9.07

A vueltas con la bandera española

Santiago Delgado
Dos sucedidos con la bandera española esta semana, que quiero comentar.
El primero es la presencia de los colores nacionales en la camiseta del Sevilla FC, para jugar en Atenas contra un equipo de allí, en la Copa de Europa. Sobre fondo negro, además. Un error. El Sevilla no representa a España en ese campeonato. Lo hacen otros tres equipos. Es una equivocación porque equivale a decir a los otros tres que sólo ellos honran la bandera. Ya lo había hecho, aunque no tan notoriamente, en el partido contra el Milan, que perdió por cierto. Calcetas con la vuelta rojigualda y banderita en el cuello. No son la Selección española. No debían de usar para eso la bandera. Cierto que catalanes y vascos usan sus banderas respectivas en el mismo tono y significado. Pero la española no competía, hasta ahora en esos ámbitos. Es un patriotismo que se pasa. Combinar nuestra bandera con el negro es muy desafortunado. Huele a diseño fascista: negro mussoliniano y rojigualdez franquista. Además, en este caso, un cero para el diseñador. Que el Sevilla luzca los colores del club, ni siquiera los andaluces: tampoco representa a Andalucía. Sólo representa a los seguidores del club, que es algo que debiera bastar. Que no ande por ahí dándonos lecciones a nadie de patriotismo cromático. ¿Qué pasará si se enfrenta en Champions al Madrid o al Barça? Es una metedura de pata y una imprudencia, además. Desde el más preclaro españolismo, este cronista solicita que cese tal empleo de la bandera española.
El otro suceso viene de la película La Carta Esférica. Leo la carta de un lector de La Razón, en la que dice que el velero en el que los protagonistas vienen desde Gibraltar a Cartagena, con base en la Ciudad Departamental, no hay una bandera española. Muy mal, si en la ficción se hace creer que el velero tiene su base en Cartagena, ha de llevar banderita española. Todos los veleros cartageneros la llevan. ¿Por qué éste no? Pues yo me lo imagino. Primero, el Director se llama Imanol Uribe, vasco. Lo más presuponible es que tenga rojigualdofobia. Con eso basta; pero si no, el marketing de distribución habrá dictado que con banderita española, la película no vende en el País Vasco, ni en Cataluña. Así de claro. Lo que no entiendo es por qué el cartagenero e ilustre amante de España y lo español que es Arturo Pérez Reverte ha transigido con el escamoteo. Es una descortesía hacia los españoles, la falta de la banderita en algún mástil del velero; pero, sobre todo, es una impropiedad de la película.
Así pues, dos errores, uno por exceso y otro por defecto. El Sevilla FC se ha contagiado del uso que en los territorios separatistas hacen de sus banderas respectivas, y ha caído en la hipérbole. Y en la película han usado, una vez más, el tópico que descree de lo español como noble, que tanto habita por esas partes. Vale.

El Faro de Cartagena

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