20.11.09

La Isla cambiará el blanco de su bandera por el azul en 2010

Renovará su escudo con motivo de la efeméride constitucional e incluirá los títulos de 'Heróica, Invicta y Americanista' · La propuesta irá al próximo pleno ordinario

Arturo Rivera / San Fernando | Actualizado 20.11.2009 - 01:00

La enseña blanca de La Isla dejará de ondear en 2010. El Bicentenario de Las Cortes traerá consigo una nueva bandera de color azul, con un escudo remozado y actualizado y con la inclusión de nuevos títulos ligados, como no podía ser de otra forma, a la efeméride constitucional.

La propuesta para la renovación de los símbolos institucionales de San Fernando -avalada por los informes periciales del comité de expertos constituido en 2008 para tal fin- se elevará al próximo pleno ordinario para su aprobación. El pasado miércoles pasó por la comisión informativa de Presidencia y, ayer tarde, fue presentada públicamente a los colectivos sociales en un acto que se desarrolló en las dependencias municipales de Bienestar Social.

La renovación de la bandera, escudo y títulos de la ciudad se justifica, por un lado, con la trascendencia de la conmemoración del Bicentenario de Las Cortes. Pero también, por otro, ante la necesidad de regular los símbolos locales y de ajustarlos a la nueva normativa andaluza.

El proceso, una vez conseguida la aprobación del Pleno, continuará con la apertura de un plazo de información pública del expediente durante veinte días. En este periodo, podrán formularse alegaciones a la propuesta planteada pero éstas deberán estar completamente justificadas y argumentadas sobre criterios fundamentados y con una rigurosa base histórica.

Una vez superado este trámite, el expediente será remitido a la Consejería de Gobernación de la Junta de Andalucía, que tendrá que informarlo. Si esta administración da su visto bueno, la propuesta será aprobada definitivamente, como espera el equipo de gobierno que ocurra efectivamente en 2010.

El Ayuntamiento prevé así estrenar en el año del Bicentenario su nueva bandera y su remozado escudo, al que se le incorporarán nuevos títulos para La Isla. A los ya conocidos de Leal y Constitucional ciudad de San Fernando se les ha añadido en la propuesta del comité de expertos los de Heróica, Invicta y Americanista. El escudo, en su filacteria, añade todas estas denominaciones. La inclusión de estos nuevos títulos propuestos por el comité de experos alude al importante papel histórico que La Isla desarrolló durante la Guerra de la Independencia -Heróica e Invicta- . Y, por otro lado, a su reconociminto como sede de las primeras sesiones de Las Cortes de 1810, donde se reunieron todos los diputados de la España de la época, también los procedentes de ultramar, y donde fueron aprobados los principios constitucionales y democráticos que posteriormente inspiraron los distintos procesos independentistas de Iberoamerica. De ahí la propuesta de añadir el título de Americanista.

Una de las novedades que más llama la atención de la propuesta del comité de expertos será el cambio de color de la bandera. Del blanco -que aparece por primera vez en la década de los 70 y que carece de justificación histórica- se pasa al azul, el color de mayor tradición borbónica. Se atiende así a la relación de la ciudad con la dinastía reinante desde 1729, una vinculación que considera vigente hoy día.

Por su parte, el escudo mantiene su aspecto tradicional aunque se renueva con la inclusión de algunos elementos, como la nueva corona, símbolo de la nueva forma política del Estado español vigente en la Constitución de 1978. Además se añadirá un sol, así como ramas de laurel y de roble bordeando el escudo.

Diario de Cádiz

17.11.09

Quiere bandera propia para San Rafael

SAN RAFAEL– Un concejal del bloque demócrata de este departamento está impulsando un proyecto para que San Rafael tenga su propia bandera y que la misma sea obligatoria en actos municipales.

Aunque aclara que no tiene que ver con el viejo sentimiento “separatista”, afirma que uno de los pilares del proyecto es recuperar el federalismo que han perdido la Nación y la Provincia, esta última hacia el Sur.

La idea del edil Jorge García (PD) es que se apruebe antes de fin de año un proyecto para abrir un concurso a toda la comunidad para crear la bandera de San Rafael.

“El proyecto en realidad es un concurso que invita a toda la población para que construyamos la bandera; se fundamenta en dos grandes pilares: uno es la reafirmación del federalismo tan vapuleado, donde vemos actualmente que la Nación concentra gran cantidad de riquezas y la provincia hace algo parecido con lo que les corresponde a los municipios, y el otro pilar es a través de una bandera reafirmar los valores y costumbres de los sanrafaelinos que de a poco se van perdiendo”, comentó el concejal.

García defendió su idea recurriendo a que “esta experiencia ya ha tenido éxito en varios municipios de la provincia de Buenos Aires; actualmente está en la última etapa del proyecto la bandera de La Plata. Esto está en tratamiento en el Concejo y vamos a tratar de que se apruebe antes de diciembre o a partir del comienzo de las sesiones ordinarias en marzo del año que viene; la idea es presentar la bandera en el Bicentenario y que sea obligatoria en actos municipales”.

Respecto a los comentarios que ha levantado la iniciativa al tomar estado público (muchos referidos al supuesto separatismo sanrafaelino), el concejal afirmó que “levanta polvareda pero por allí quienes tienen las obligaciones gubernamentales, hablemos del Gobierno de la provincia, no hacen mucho para San Rafael o el Sur; quienes viven en departamentos aledaños siempre tienen mayor respuesta, a veces por la cercanía y otras por la cantidad de votos; los sureños estamos muy olvidados”.

Finalmente señaló que “no quiere decir que con un proyecto así uno quiera separarse como alguna vez hubo un proyecto. La bandera departamental tiene que tener una subordinación a la Enseña patria y a la Bandera de los Andes de Mendoza. La idea es reafirmar los valores del federalismo y nuestras costumbres y tradiciones”.

Diario Uno

13.11.09

La ikurriña sin máscara


Casi 70 años ha tardado Antzuola en recobrar la memoria histórica de su ikurriña trucada y en restaurar la dignidad de una pieza artística simbólica. Después de que toda una generación se haya visto privada de esta obra, ayer EAJ-PNV de Antzuola inauguró una exposición en la que exhibe el histórico telón anterior a la guerra del 36, que durante varias décadas mantuvo camuflada su ikurriña con una bandera española.

Nadie pudo protegerlo, nadie fue capaz de detener a los vándalos y nadie supo de su paradero. De la noche a la mañana, el telar del salón de actos del batzoki, pintado por el artista bergarés Simón de Arrieta, perdió su esencia. El bastidor que estaba decorado con una pareja de dantzaris que portaban una ikurriña, fue retocado por los carlistas de Antzuola sobreimpresionando la bandera española sobre la ikurriña y cambiando el color negro de la txapela del dantzari por el rojo. El simbólico telón de fondo -de más de dos metros de ancho por uno y medio de alto- que decoraba las representaciones sociales y culturales que tenían lugar en la sede nacionalista antes de la guerra del 36, abandonaba así su significado.

No se dispone de mucha documentación de Simón de Arrieta, que pintó el telar durante la República con la ikurriña como símbolo del sentimiento vasco, pero Iñigo Ramírez de Ocariz, profesor de la Universidad de Mondragon, relata lo sucedido: "Una vez de que los nacionales entraron en Antzuola en septiembre de 1936, invadieron el ba-tzoki, desmantelaron todo el material y empezaron a pintar el telar, enmascarando la ikurriña y pintando sobre ella la bandera española". No se trató de un trabajo chapucero; fue una labor premeditada y bien hecha, realizada por alguna persona ducha en este tipo de trucajes. "Había que acercarse mucho para descubrir que estaba trucada y debajo había otra bandera", se apresura a decir Ramírez de Ocariz. "Confiscaron bienes, encarcelaron a vecinos... y eso que la represión fue menos fuerte que en otras poblaciones porque un hijo del pueblo, Jose Telleria, comandaba las fuerzas nacionales. Eso amortiguó la represión y evitó una purga mayor", rememora.

"Una vez que entran los nacionales, en el mismo batzoki se formó una Junta del Movimiento y a partir de ahí perdemos la pista del telón", expone Ramírez de Ocariz. Sin embargo, una vez que el local deja de ejercer esa función, el telar fue enrollado y pasó a un sótano cercano donde estuvo almacenado varias décadas. Unas obras de rehabilitación en el inmueble hace cerca de 20 años lo sacaron a la luz y es entonces cuando se supo que ese telar era, en origen, propiedad del batzoki.

De nuevo, el bastidor permaneció en la sombra durante otro buen puñado de años y la pieza se conservó tal cual la habían dejado los fascistas hasta que en marzo de 2005, la organización municipal de EAJ-PNV de Antzuola la donó al Museo del Nacionalismo Vasco de Sabino Arana Fundazioa que ha llevado a cabo la restauración. Esta donación ha permitido, con la colaboración de la Diputación Foral de Gipuzkoa y artistas de Artileku, la recuperación de la ikurriña y de los colores originales.

Desde ayer y hasta el próximo lunes, el telar puede contemplarse en Olaran Etxea. La exposición de esta pieza histórica se enmarca entre los actos organizados para celebrar el centenario de la creación de la organización municipal de Antzuola.

Pero la historia de Antzuola es la historia de una ikurriña porque el mismo día que EAJ-PNV donaba el telar, entregaba también otras dos enseñas históricas procedentes de 1932. Concretamente, la ikurriña que se confeccionó con motivo de la constitución del partido jeltzale en el municipio y otra perteneciente a Emakume Abertzale Batza. Una vez iniciada la guerra, las dos ikurriñas fueron sacadas del pueblo, y tras superar muchas vicisitudes por Bermeo, Bilbao, Santander, etc. llegaron a Villa Izarra (Baiona), sede del EBB en el exilio, donde fueron conservadas por Ander Barrutia, quien al comienzo de la democracia las devolvió a Antzuola.


Noticias de Gipuzkoa

10.11.09

La Diputación tendrá su bandera a los 175 años de su constitución

Huelva es junto a Jaén la única provincia andaluza que no cuenta con el emblema oficial · Se rehabilitará el escudo

Contará con su propia bandera, aunque sea 175 años después de su constitución. La Diputación Provincial de Huelva aprobó ayer en una sesión extraordinaria de su Pleno corporativo la creación de la bandera de la provincia, que hasta ahora no existía, así como la rehabilitación del escudo oficial que representa al ente provincial .

La provincia de Huelva cuenta con tantas banderas como ayuntamientos, pero hasta ahora no se había creado una enseña específica para englobar unidad territorial provincial y ser al mismo tiempo distintivo de la Diputación. Una situación que convierte a Huelva en la única provincia andaluza, junto con Jaén, que hasta ahora carece de esta enseña oficial, que se presenta como uno de los símbolos más universales.

Según se aprobó ayer, la bandera se ajustará a las normas de la vexilología (disciplina auxiliar de la Historia que estudia las banderas en su sentido más amplio), ya que el emblema es del mismo color azul del fondo del escudo y exhibe el blasón institucional en el centro del paño. Todo ello constituirá un "símbolo que permitirá a la institución conectar con la sociedad y que los servicios que presta sean fácilmente identificados por ayuntamientos, ciudadanos y entidades", según subrayó la presidente de la institución provincial, Petronila Guerrero.

Además de la creación de uno de los símbolos más emblemáticos, se llevará a cabo la rehabilitación del escudo actual. Según un estudio realizado por la Diputación Provincial , los antecedentes del uso oficial del escudo de la provincia se remontan a 1838, tres años después de la creación de la Diputación. En este sentido, con este cambio no se trata de crear un nuevo blasón, sino de rehabilitarlo, respetando la normativa de los símbolos municipales y proceder a su inscripción en el Registro Andaluz de Entidades Locales.

A tal efecto, la bandera de la Diputación de Huelva, junto al escudo, la representará con fines protocolarios e institucionales.

Huelva Información

6.11.09

Llegan primeras banderas de México al MHM


Las dos piezas ideadas por Ignacio Allende son anteriores al lábaro utilizado por Miguel Hidalgo. Dos réplicas de ellas se exhibirán a partir de hoy en el Museo de Historia Mexicana.

Monterrey.- Fueron un mito por más de 60 años. Había registro de ellas, algunos historiadores las mencionaban ligeramente pero nadie sabía con certeza si realmente existían, ésas que se creían eran las primeras banderas que tuvo México y que fueron ideadas por el general Ignacio Allende.

Los dos lábaros sí existen y en ellos se representa por primera vez a la mítica águila que devora la serpiente, flanqueada por las aspas de Borgoña del rey Fernando VII y que en su contraparte muestra una representación de la Virgen de Guadalupe. Desde hoy, réplicas de ambas piezas se estarán exhibiendo en el Museo de Historia Mexicana (MHM) como piezas del mes.

“Siempre se nos dijo que la Virgen de Guadalupe la había llevado Miguel Hidalgo para el movimiento, ahora sabemos que no, puesto que estas banderas se mandaron hacer con anticipación”, afirma Martha Terán, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y quien descubrió las nuevas banderas.

Desde 1999, Terán se dio a la quijotesca aventura de encontrar dichas banderas. “Me decían que estaba loca”, recuerda la investigadora cuando hace 10 años planteaba el proyecto a cuanta autoridad conocía.

Las banderas en cuestión fueron encontradas en la bodega del Museo del Ejército en Madrid, y ellas representan al primer lábaro patrio diseñado específicamente para darle identidad al país por el que criollos e indígenas que se levantaron en armas en 1810.

El Gobierno español entregará a México ambas piezas con motivo de los festejos de 2010, cuyas originales serán exhibidas en el Museo de Chapultepec y las dos réplicas ya están en el Museo de Historia Mexicana.

“Es muy conmovedor que dos telitas puedan cambiar tanto la historia que nosotros conocíamos”, explicó visiblemente emocionada la investigadora Martha Terán.

La noche en que Hidalgo llega a San Miguel de Allende, el general Ignacio Allende salió a buscar a dos pintores que le pudieran hacer los dibujos que se serían posteriormente la representación emblemática del movimiento de la Independencia. Después fueron tomadas como botín de guerra por los comandos españoles y fue el general Félix Calleja quien las envió a España y desde aquella época permanecían en la llamada Madre Patria.

Las primeras referencias hacia estas banderas las proporciona el investigador Luis Castillo Ledón, quien fuera director del Museo Nacional, allá por 1940.

“Había puras referencias de ellas pero no sabíamos dónde estaban y nadie las había visto, nadie aseguraba que las banderas existieran”, reconoció Terán.

“Cuando se funda la red de historiadores en internet mi primer mensaje fue preguntar ¿quién conoce estas banderas?, y fue mediante a conexiones con colegas de Chile y de España como las pude localizar”, detalló la investigadora. Su primera emoción al ver que ambas banderas sí existían y que se conservaban presumiblemente en buen estado a pesar de los años fue llorar.

“Lloré, simplemente fue una gran emoción pero sólo las vi muy poquito porque inmediatamente se las levaron a restauración”, relató la maestra Teran, quien no puede evitar transmitir su emoción al recordar el hecho.

Unión entre criollos e indígenas

¿Por qué las primeras banderas combinan al escudo de Tenochtitlán con la Virgen de Guadalupe? Según investigaciones de la maestra Martha Terán los símbolos de estas primeras banderas eran los dos elementos con los que la clase de los criollos se identificaba.

“Los dos temas favoritos del patriotismo criollo eran el glorioso pasado mexicano, por eso el águila, así como la aparición de la guadalupana que viene a significar a la patria bendecida”, describió la maestra Terán.

Por su parte la mayoría indígena se sentía protegida con la imagen de la Virgen de Guadalupe, lo que posteriormente desarrollaría la llamada “Bandera popular de la Independencia”, que era un lienzo blanco donde aparecía una estampa de la guadalupana.

Aunque se creía que el primero en colocar a la mitológica águila que devora a la serpiente en una bandera fue José María Morelos y Pavón, el descubrimiento de estos lábaros confirma que la idea de reivindicación del pasado azteca provenía ya desde los primeros días del movimiento de Independencia.

Gustavo Mendoza Lemus

Milenio.com

1.11.09

La bandera de Nelson y la operación Estrella

El cómico robo de la bandera de Nelson y de la enseña de las milicias tinerfeñas, ocurrido en la santacrucera iglesia de La Concepción en enero de 1977, denota lo desastrosa que llegó a ser la intentona terrorista de los independentistas del Mpaiac de Antonio Cubillo.

ANTONIO HERRERO - DANIEL MILLET | SANTA CRUZ DE TENERIFE Ahora que ha vuelto a rebrotar el sentimiento separatista, tan minoritario y residual como en aquellos duros años de transición, es bueno recordar qué supuso, con qué apoyos contó, de quién se apoyó y, sobre todo, de qué forma fue desarticulado tras apenas dos años de violencia.

Un comando de cuatro personas que quería entrar en el brazo armado de los independentistas del Mpaiac –más que pertenecer a él formalmente– se plantó la madrugada del 20 al 21 de enero de 1977 en la iglesia de la Concepción, de Santa Cruz de Tenerife, y penetró por el coro con el objetivo de robar el Pendón de la Conquista y ganarse la confianza del líder de la organización, Antonio Cubillo. Con las prisas y la oscuridad, agarraron lo primero que trincaron: dos estandartes que estaban tras una vitrina en el patio principal del templo. Cuando fueron a celebrar la hazaña, se dieron cuenta de que no era el Pendón: eran la bandera tomada a las fuerzas de Nelson cuando en 1797 intentaron tomar la capital tinerfeña, perteneciente a la fragata Esmerald, y una bandera española de las milicias defensoras tinerfeñas al mando del general Gutiérrez.

Entonces, ¿qué le iban a decir a Cubillo? Uno de los miembros del comando llamó poco después al líder del Mpaiac a Argel y le reveló el fatídico error –el Pendón era símbolo del yugo colonial, pero la bandera de Nelson y la de las milicias representaban precisamente lo contrario– con el temor a recibir una bronca. Pero no, Cubillo lo celebró y consideró que aún así era un buen golpe, porque se trataba de dos símbolos de gran importancia para la sociedad chicharrera. Así es que les pidió discreción y que se las hicieran llegar a su exilio en la capital de Argelia. Le hicieron caso en lo primero, pero no en lo segundo. De fogalera, uno de los insurgentes relató a una persona lo que acababan de hacer. Fue el absurdo principio del fin de la efímera existencia de la rama terrorista del Mpaiac.

Esta historia, que destacaron los diarios de la época y amplió después con todo lujo de detalles el profesor de la Universidad de La Laguna, Domingo Garí, en su obra Historia del Nacionalismo Canario, refleja hasta dónde llegaba la capacidad organizativa del grupo armado separatista canario, el único en la historia que intentó la vía del terrorismo. Y si tan curioso fue el robo en sí de los dos estandartes, más curiosa fue la forma en que las autoridades se percataron de la sustracción y cómo uno de los integrantes del comando fue localizado y detenido en el aeropuerto de Los Rodeos, sólo 8 días después. "Una vez finalizada la solemne ceremonia religiosa que, presidida por el obispo de la Diócesis, se celebró en la parroquia de La Concepción con motivo del primer centenario de su consagración, se observó que una de las vitrinas donde se conservaba la bandera española de las milicias tinerfeñas y la de Nelson se encontraba abierta y dichos estandartes habían desaparecido". Así lo contó El Día, que precisa que el gobernador civil de la provincia, "señor" Mombriedro de la Torre, y el alcalde accidental, "señor" Acuña Dorta, volvieron al interior del templo para cerciorarse de que lo que les acababan de decir era verdad. El Movimiento para la Autodeterminación y la Independencia del Archipiélago Canario (Mpaiac), creado a mitad de los sesenta por Cubillo y cuyos postulados independentistas se habían radicalizado durante aquellos años duros de la transición a la democracia, denominó aquella lucha "violencia creadora".

La primera acción armada, recuerda Garí en su libro, se produce en noviembre de 1976 con la colocación de una bomba casera en los almacenes Galerías Preciados de Las Palmas, que sólo se saldó con daños materiales. Las posteriores acciones, siempre caseras, habían hecho movilizarse aún así a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Hasta que llegó el robo de las banderas, una historia más propia de las películas de José María Forqué –sobre todo el de Atraco a las tres–, que de una revolución con fundamento.
El comando iba por su cuenta y estaba en ese momento casi integrado en el Mpaiac. Se denominó Erelca, de tendencia anarquista. Estaba integrado por Juan Pedro Hernández Rodríguez (alias Juan el Barba o Juan Banderas), director del hotel Seguro de Sol de Puerto de la Cruz; Pedro Aniceto Medina Calero, policía armado; Luis Alberto Martín Garbote y Miguel Hernández Herrero (alias Babán). Las bravuconadas de uno de ellos, entre trago y trago, poco después de la hazaña les iba a terminar costando mucho más caro de lo que jamás imaginaron, ya no sólo al Erelca, sino a todo el brazo armado del Mpaiac. Para empezar, la redacción de El Día recibió unos días después del suceso de las enseñas la visita de una persona que tenía algo que decir. Tuvo un amago de arrepentimiento, pero volvió a las tres de la madrugada para cantar. El Día trasladó la confidencia a la Policía.

El 29 de enero, Juan Hernández Herreros era detenido cuando iba a tomar un avión a Zurich, Suiza, para desde allí volar hacia Argel y encontrarse con Antonio Cubillo. El joven (26 años) fue llevado a las dependencias policiales para proceder al registro de su equipaje. Los agentes ya se lo esperaban: dentro de una maleta negra se encontraron la bandera de Nelson y la española de las milicias. "El nombre del detenido con las enseñas fue el facilitado a El Día y comunicado a la Policía", tituló el periódico tinerfeño en las páginas de sucesos.
Tanto Hernández como los otros tres integrantes del grupo pasaron a la prisión de Santa Cruz de Tenerife el 3 de febrero de 1977, de donde salieron en el mes de abril, si bien Pedro Medina Calero estuvo con anterioridad en el Castillo de San Joaquín, por su condición de policía. En la investigación, la Guardia Civil concluyó que los arrestados proyectaban la venta de los símbolos y con el importe adquirir fondos que sirvieran para subvencionar futuras acciones encaminadas a la obtención de la independencia del Archipiélago. Pero hallaron mucho más. Un dosier con futuras acciones: localizar un campo de base en Taganana, robar explosivos en la cantera La Jurada de San Andrés, volar los repetidores de Radio Nacional de España en el parque Las Mesas; realizar pintadas y colocación masiva de banderas separatistas canarias, secuestrar a un mando militar, vigilar y destruir un presunto campamento de Guerrilleros de Cristo Rey y robar el Pendón de Castilla para su posterior traslado a Argel.
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La Opinión de Tenerife