16.10.11

Montjuïc recupera la 'senyera' de Companys

Conmemoración del aniversario del fusilamiento del president
J. RAMÓN GONZÁLEZ CABEZAS.  BARCELONA


La bandera catalana vuelve a ondear desde este sábado en lo más alto del castillo de Montjuïc, en el mismo lugar donde en 1936 fue colocada por el entonces president de la Generalitat, Lluís Companys, convertida en símbolo de resistencia y afirmación de Catalunya frente al golpismo y la reacción. La conmemoración del 71º aniversario de su trágico fusilamiento en la propia fortaleza que corona Barcelona, sirvió este martes para dar un paso más en la reparación política y moral de su figura y la restitución de la memoria de las instituciones democráticas de la II República. La brisa matinal del otoño acogió la espectacular senyera, de cinco por ocho metros y un mástil de quince.
"Esta bandera nos une a todos, con independencia de nuestras lenguas, sensibilidades e incluso de nuestros objetivos diferentes", afirmó en su alocución el president de la Generalitat, Artur Mas. Mas combinó austeridad litúrgica y énfasis patriótico en la tradicional ofrenda floral del Govern a la tumba del presidente mártir. El líder de CiU, acompañado del primer alcalde nacionalista de Barcelona, Xavier Trias, ofició la ceremonia cívica y política a la medida del momento y la situación, inevitablemente ligada al nuevo horizonte político que se perfila tras el 20-N.
En su línea habitual, el president hizo un llamamiento a la unidad de la ciudadanía para que Catalunya consiga en el futuro "sus grandes objetivos nacionales", y subrayó el potencial simbólico de la senyera como expresión de la existencia de una firme "personalidad colectiva".
La gran senyera de Companys se integró en el sky line de la Barcelona de la época como símbolo de la desmilitarización de la fortaleza y su devolución a la ciudadanía. Prácticamente era visible desde toda la ciudad, hasta que las tropas del general Franco la arriaron de su mástil tras la ocupación de la capital catalana, el 26 de enero de 1939. Companys fue fusilado en el Fossar de Santa Eulàlia, adosado al recinto, el 15 de octubre de 1940.
Pasados 71 años desde entonces, el castillo es hoy un pacífico mirador de Barcelona."Queremos que este castillo, que tantos disgustos nos ha dado, sea considerado suyo por todos los ciudadanos", dijo el alcalde Trias como anfitrión del acto, al que asistió el anterior president de la Generalitat, José Montilla, y los principales dirigentes de los partidos.

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