22.4.12

La izquierda abertzale, de la 'guerra de banderas' a izar la tricolor

La decisión del Ayuntamiento de San Sebastián de izar, el pasado 14 de abril, la bandera tricolor en la balconada consistorial para conmemorar el 81 aniversario de la proclamación de la II República no ha dejado indiferente a nadie. «Suena a oportunismo y a escaso conocimiento de sus antecedentes históricos», opina el catedrático de Historia Contemporánea de la UPV José Luis de la Granja. «Es una manipulación histórica: la proclamación de la II República no significó nada en especial para el nacionalismo vasco, e incluso podría decirse que fue mucho más rácana con Euskadi que la monarquía democrática y constitucional», abunda el también historiador Santiago de Pablo, que recuerda que en esa etapa se cerraron más periódicos nacionalistas que en la contemporánea y que el Estatuto del 36 tardó seis años en llegar, frente a la relativa celeridad con que se pudo proclamar la Carta de Gernika cuarenta años después.

La controvertida iniciativa de la Corporación que lidera Juan Karlos Izagirre, de Bildu, sigue la estela de la retirada del retrato de Juan Carlos I del salón de plenos -una de las primeras decisiones que adoptó el equipo de gobierno-, aunque el regidor no ha tenido problema en mantener en las paredes consistoriales un enorme retrato de María Cristina, regente de España. La tradición monárquica de San Sebastián, lugar de veraneo de la corte española, es evidente, y, de hecho, la soberana da nombre al hotel con más solera de la capital y a uno de sus puentes sobre el Urumea.

Pero aún más llamativo resulta que sea la izquierda abertzale quien ordene izar la tricolor, símbolo de la II República... española. Porque el antiespañolismo sí es una constante en HB y en sus «precursores ideológicos», que tanto De la Granja como De Pablo identifican con el sector radical desgajado del PNV y liderado por Elías Gallastegi, conocido como 'jagis' por su impulso al semanario independentista 'Jagi-Jagi'.
Las autoridades republicanas pusieron no pocas trabas a la difusión de la publicación y el sector político aglutinado en torno a él fue «furibundo enemigo» de la República, según los historiadores consultados.

Una circunstancia que el PNV, en plena confrontación preelectoral con la izquierda abertzale, no ha dudado en aprovechar. El burukide Koldo Mediavilla ha ironizado en su blog sobre quienes «de la noche a la mañana» se han convertido «en republicanos españoles, con un par». El diputado en Madrid Josu Erkoreka, en el suyo, ha echado mano del libro de actas del ayuntamiento de su pueblo, Bermeo, para constatar que meses después de la proclamación de la República los electos fueron sustituidos por una gestora, acusados, entre otras cosas, de resistirse a colgar la enseña roja, amarilla y morada. El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, ha recurrido al sarcasmo: «Al final los de Bildu van a ser más españolistas que yo». Hhasta hace unos años sectores radicales organizaban, cada Aste Nagusia, la 'guerra de las banderas' para protestar por la izada de la española. El pasado sábado, no una, sino dos -la constitucional por imperativo legal- ondearon en San Sebastián.

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